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Investigadora del CONICET NOA Sur es premiada por promover el desarrollo de alimentos funcionales con fines sociales
La Asociación Científica Internacional para Probióticos y Prebióticos (ISAPP) entregó el galardón Sanders inaugural a Pía Taranto, que lidera hace más de una década el Programa Yogurito Escolar, el cual está destinado a niños y niñas en situación de vulnerabilidad alimentaria y nutricional.
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La junta directiva de la Asociación Científica Internacional para Probióticos y Prebióticos (ISAPP, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York, Estados Unidos, anunció recientemente a la ganadora del Premio Sanders inaugural por el avance de la Ciencia Biótica de este año. La referencia es para la investigadora del CONICET NOA Sur en el Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA, CONICET), Pía Taranto, quien, desde 2010, lidera el Programa Yogurito Escolar: iniciativa público-privada que se caracteriza –desde sus comienzos- por el desarrollo y la posterior distribución de alimentos lácteos enriquecidos con probióticos destinados a niños y niñas del ámbito escolar de Tucumán, y que también tuvo alcance en otras provincias del país.
Se trata de una propuesta que nace de la sinergia entre el sistema científico-tecnológico y el Gobierno de Tucumán, con la colaboración del sector industrial y de la comunidad local; que brinda una respuesta concreta a la sociedad frente a severos casos de desnutrición infantil, y que ya llegó a más de 200 mil infantes del territorio provincial. “Me siento honrada por este premio y lo comparto con todo el equipo con el que llevamos adelante los proyectos científicos y tecnológicos con transferencia a la sociedad”, dijo al respecto la investigadora del CERELA. Asimismo, Taranto consideró que este constituye un ejemplo de interacción virtuosa para el fortalecimiento del sistema inmunológico de la población infantil con deficiencias en alimentación causadas por el aumento de la pobreza, la desocupación y la desigualdad social.
Y eso no es todo, ya que aclaró: “El acceso de niños, niñas y adolescentes a una alimentación funcional con respaldo científico tiene un alto impacto social, porque al estar mejor nutridos y más saludables tienen la posibilidad de contar con un mayor desarrollo intelectual”. Por lo tanto, con esta propuesta les están ofreciendo el acceso a igualdad de oportunidades a futuro, asegura la investigadora, y completa: “Este es un objetivo que debemos perseguir todos como parte de la sociedad; y también los científicos, actores comprometidos y responsables para cumplir con este propósito”.
Por otro lado, Taranto agradeció al Comité de la ISAPP por la distinción recibida, a la cual considera también un reconocimiento al valor de la ciencia y la tecnología argentina que, a través de políticas estatales, posibilita el desarrollo de investigaciones básicas y aplicadas que abordan problemáticas socio-productivas propias de un país en desarrollo. “Pertenecer al sistema científico-tecnológico argentino es un orgullo y un compromiso diario que asumimos quienes formamos parte de él. Por eso, agradezco a cada uno de los establecimientos educativos públicos donde me formé, entre los cuales, por supuesto, está el CONICET: que se destaca por la invaluable promoción de la ciencia y la tecnología nacional, y cuyo inmenso prestigio excede las fronteras del país”, remarcó la especialista.
Experiencia Yogurito
Con el compromiso de dar respuestas y soluciones a problemáticas de alimentación en diferentes niveles de la vida social, desde hace años que CERELA participa activamente en la promoción de iniciativas de carácter provincial y nacional. Así nacen los programas científicos-tecnológicos con impacto socioproductivo, frutos de un exhaustivo trabajo intersectorial entre el instituto; los Ministerios de Desarrollo Social, Educación y Salud; la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación; y PYMEs locales, encargadas de elaborar productos lácteos que cuentan con la incorporación de probióticos.
En particular, Yogurito es un alimento que tiene la capacidad de mejorar el sistema inmune –resultado al que se llegó luego de atravesar varios estudios preclínicos y clínicos- de los consumidores como resultado de la incorporación de la cepa rhamnosus CRL1505. Estos microorganismos (que actúan sobre la flora intestinal) refuerzan las defensas naturales de niños y niñas en edad escolar, disminuyendo así la incidencia de infecciones respiratorias e intestinales.
Pues bien, desde el año 2008 que este producto fue incluido por el Gobierno de Tucumán en los planes alimentarios de la provincia. Y no sólo este; el instituto del CONICET NOA Sur desarrolló otras alternativas lácteas –yogures, quesos, chocolatadas- que también incluyen probióticos y que, como consecuencia de diferentes asociaciones interinstitucionales, sigue entregando de forma gratuita niños y niñas de escuelas públicas.
Agradecimientos de la investigadora al resto del equipo de trabajo que formó parte del proyecto, por la entrega y el compromiso brindados:
Graciela Font, Susana Álvarez, Susana Salva, Verónica Molina, Maria José Fornaguera, Lourdes Cruz Pintos, Martha Nuñez, Luciana Gerez, Julio Villena, Mariano Obregozo; y también a Mirta Juarez y Pablo Saavedra por su incondicional colaboración.
TEXTO E IMÁGENES EXTRAÍDOS DE: https://noasur.conicet.gov.ar/8315-2/